martes, septiembre 25, 2007

Fontes, mares, rios e quedas bendizei o Senhor.

Comparto contigo un bonito regalo que tuvimos los mercedarios y mercedarias de estas latitudes en el día de fiesta de Nuestra Madre de la Merced. Parte de la comunidad misionera de Quiculungo y las hermanas mercedarias de Ndalatando realizamos un fraternal paseo a las famosas Quedas de Kalandula.

Valió la pena el duro viaje a un lugar realmente imperdible.

Las Quedas (cataratas) se ubican en la provincia de Malanje, vecina a nuestro Kwanza Norte. Por eso que para llegar fue necesario ir hasta Lukala (lugar de paso frecuente cuando salimos para la ciudad o para Luanda) y luego ir en dirección contraria de Luanda y… sorpresa nos encontramos con una muy buena carretera, bien arreglada bonita hasta Cacuso, (unos 100 Km) luego otros 50 Km al interior por una camino no muy bueno pero al final se llega.


Un 24 de septiembre en Angola África.


Recuerdo que el año pasado en estas fechas preparaba las maletas para dejar (por fin) Roma y salir rumbo a África. Pienso que fue un regalo especial de la Madre de misericordia que después de tanto luchar recién un 25 de septiembre pude hacer realidad lo que había esperado por tanto tiempo.

Ha sido especial, un desafío cien por ciento el poder decir y hacer Merced en Angola, no me refiero a algo personal ya que el carisma en estas tierras lleva ya un buen camino recorrido.

Los mercedarios siempre hemos sabido que la presencia de la Madre de Dios, en su advocación de la Merced, se ha manifestado en cada lugar en donde existe el dolor, el sufrimiento, la pobreza y de ésta la más grande de todas llamada esclavitud. Es por eso que María de la Merced está aquí hace mucho tiempo, en África, en Angola y en tantos otros países, lógicamente no se limita a la presencia de mercedarios o mercedarias.

Este 24 de septiembre ha sido para mi muy distinto. De partida la misión que atendemos como ya te he contado otras veces nació al alero de los capuchinos italianos y nosotros estamos desde el año 93 con la interrupción de algunos años por causa de la guerra, pues bien, la obra de la Merced ha sido hacer misericordia hasta ahora sin darle el nombre, es decir la tradición que conocemos en América de procesiones, mes especial, novena y todo aquella hermosa dedicación aquí recién comienza a nacer. Quienes llevan la delantera (como siempre) son nuestras hermanas, que con la finura que tienen las mujeres, han sabido ir dejando en el corazón del pueblo ese amor a la Madre de la Merced, es así como este 24 de septiembre las mercedarias de Ndalatando (sede de nuestra diócesis misionera) prepararon una fiesta especial como culminación de una novena de oración y reflexión junto a grupo importante de laicos que ya se identifican fuertemente con el carisma redentor. La clausura de la fiesta fue en grande: misa en la sede catedral y después un compartir con todos los laicos de la merced y los misioneros presentes en Ndalatando. Por mi parte tuve la gracia de ser invitado y aún más de presidir la misa en honor de Nuestra Madre. Todo esto comenzó el domingo 23 ya que era un buen día para que todos nos pudiéramos reunir para reflexionar rezar y celebrar, luego el 24 fue un día para compartir como familia mercedaria, día especial de visita a los hermanos/as y de fraternidad. Al final de todo queda ese grande compromiso de seguir renovando la consagración que implica ser merced de Dios en nuestros días.

viernes, septiembre 21, 2007

“El Señor de las antenas y la señal perdida”

Han pasado varios días, bueno como siempre, y eso debido a las condiciones que hasta el día de ayer habían sido de total incomunicación desde aquí: “mi” Quiculungo, mas todo cambió.

Ayer celebraba la misa, como todos los días, a las 7:00 de la mañana cuando sentí llegar un vehículo a la misión (no es común a esa hora), me distraje un poco ya que esperaba que viniera aquel Padre que había conocido en Roma y que ahora se había echo la fama del Padre instala antenas de Internet, bien podía ser él como podía ser otro, total eso de la antena ya me tenía sin cuidado, una larga historia de frustraciones marca ese cuento…

Por decir algo pasamos un año sin conseguir la bendita señal del satélite, yo intenté y luche tres meses y me di por vencido, luego vinieron los brasileros con sus aparatos de ingeniería lucharon otros tantos y no consiguieron nada, finalmente un señor de Cacuso que ya tenia algunos trabajos en el cuerpo hizo lo suyo y nada, nada de nada… la pobre antena paso por varias y no menos descuidadas manos que la dejaron abandonada toda marchitada con varias tuercas menos, en realidad todo parecía perdido.

Hace un mes, por si acaso, llame por teléfono al famoso Padre, un Angoleño muy delgado, con pinta de adolescente y que gentilmente me atendió, en la formal conversación me pareció muy dispuesto pero sólo podría ayudar en septiembre por ahí después del día 15 me dijo. Todo esto no era nuevo para mi, ya había hablado por lo menos con otras cinco personas que al final ninguna llegó a ir a Quiculungo por que era muy lejos o por que estaban ocupados… había pasado mucho tiempo, mucho, incluso ya me había casi olvidado que teníamos esta antena.

Bien no te quiero latear, pero las cosas que nos acontecen en la vida son muy curiosas. La semana pasada una hermana de Samba Caju (la misión vecina) vino por estos lados y me trajo dos recados, uno por mi situación con extranjería y la otra que el “famoso” Padre venía para la casa de ellas a instalar su antena que guardaban celosamente ya hace algún tiempo. Este lunes tuve que ir a Ndalatando (capital de la provincia) a busca de unos profesores de la escuela y pase por Samba Caju a ver que noticias había y quedamos de acuerdo que yo esperaría al Padre en Ndalando, bien, para variar, el individuo me dice por teléfono que se quedará en otra ciudad y llegaría tal vez de noche o al otro día por la capital de nuestra provincia… - mmmm lo siento mucho pero yo tengo que partir para mi misión, así que si puede ir por esos lados “seja bem vindo” – le dije.

Al terminar la misa llegue al patio de nuestra casa y comencé a buscar al afamado visitante, pregunte a uno de nuestros jóvenes y me respondió que no sabía nada fue entonces que miré para el techo y ya encaramado no se como ahí estaba el Padre de las antenas, haciendo su trabajo.

¿Dificultades? Si muchas, pero increíblemente a las 10:00 de la mañana ya teníamos en la misión unas cuantas adaptaciones para recuperar la triste y hasta ese entonces inservible antena. Cerca del medio día un problema parecía hacernos perder de nuevo las esperanzas de tener comunicación, una pieza importante había sido destruida, yo preferí irme por ahí lejos… el Padre de las antenas no paraba de trabajar, ya me había advertido - hoy tengo que estar en Luanda de vuelta –

¿fue milagro?, ¿las manos del “señor de las antenas” están benditas?, ¿la experiencia?, no lo se… pero que fue digno de un personaje lo fue, en tres días se movió por tres misiones (Samba Caja, Camabatela y nuestro Quiculungo) e hizo su trabajo, rápido y eficiente sino, no estaría ahora escribiendo y subiendo este post.

El proceso acabó por ahí como a las cuatro de la tarde pero a unos 200 Km de aquí, el lugar mas cercano en que hay teléfono, necesitábamos telefonar para Roma para que aceptaran nuestra señal, aquella señal perdida o mas bien nunca encontrada en nuestros inútiles esfuerzos y que al final el “señor de las antenas” consiguió en menos de dos horas.

Nunca había hecho tan rápido el viaje hasta Lukala (lugar donde hay teléfono), por lo general son tres incluso mas horas, ahora con el camino un poco mejor y en tiempo seco creo que lo hice en dos horas, la idea era llegar para que el Padre pudiera llamar a Roma y quedara todo el sistema listo.

Finalmente deje al Padre en Ndalatando para que el siguiera su viaje para Luanda y yo el mío de vuelta a Quiculungo, tengo que decir que hasta ahora que había hablado y comentado del tiempo, de que aquí las cosas funciona mas lento, que el hecho de esperar y tener paciencia es parte de la vida aquí en África, todo esto terminó por ser un buen golpe a mi tesis. Ciertamente las cosas pueden ir a otro ritmo, como el “señor antena” Padre diocesano que junto con ser párroco por allá en una diócesis del sur además anda por ahí con esto de las antenas y proyectos informáticos, realmente destacable…

Así es, estamos contentos, ahora espero poder compartir con mas frecuencia, contar un poco mas, cumplir las promesas que he hecho (videos, mas fotos) que puedas conocer a la gente de esta tierra que ellos mismos puedan presentarse y que por esta señal, que nos encontró el buen amigo “señor de las antenas”, nos abramos al mundo desde Quiculungo, Angola.

lunes, septiembre 10, 2007

Reconociendo el perímetro.


En el post anterior hablaba que este primer año había sido para conocer, para acercarse a una realidad misionera, pues bien esta realidad tiene un nombre propio, tiene un rostro, es concreta y… mi intención en este blog ha sido siempre hablar de ella.


Supongo que ya sabes que estoy hablando de África, eso ya dice mucho. África sub-sahariana, África negra. Si… esa África “resilente” tantas veces descarnada, a la vera del camino que busca levantar; si… esa África inmensamente rica en recursos naturales, grande virtud y grande desgracia, si… esa África duramente explotada.

Supongo también que sabes que estoy hablando de un país de África llamado Angola, vasto territorio, hogar de los antiguos Bantus con sus reinos, sus organizaciones y su tradición. Colonizada por Portugal dejando su marca, su huella, su herencia… herencia del colono.

Estoy hablando de esa Angola independizada en los años 70 que después de duras luchas, de movimientos independentistas, ha tenido que aprender con sudor y lagrima, a golpe y porrazo, a ser independiente. Angola que no al margen de la historia fue apadrinada por uno de los “famosos” bloques… Angola comunista.

Angola de la guerra de los 90, de la paz relativa, de la violenta guerra también apadrinada por uno de los grandes. Angola del petróleo y de las minas de diamantes.

Angola que de hace un año atrás (cuando llegué) era otra… que paso de ser una tierra deprimida herida en sus estructuras, caminos imposibles, construcciones en el mismo estado a una país con mucho, pero mucho desarrollo, mejoras por todos lados, grandes inversiones, nuevas carreteras, los Chinos trabajando por aquí y por allá, los brasileros haciendo lo suyo… ¡como crece este país! Decía mi provincial cuando nos visitó… Angola de las elecciones. Y mucho más, si… trato de mirar y aprender de esta Angola de su gente del “norte” y del “sur”… buena gente.

Hablo de la tierra en que trabajo, Kwanza Norte, que es la provincia en donde se ubica la misión católica de Quiculungo, con sus matas (selvas) desiertos y montañas, hermosos paisajes. Tierra de los Kimbundos, Bakongos y Mahungos.

Quiculungo (que lo puedes encontrar en google map o mejor en google earth) municipio que en estos días celebra sus 80 y tal años. Lugar en donde hace 51 años llegaron de Venecia los frailes capuchinos, la época era de las “vacas gordas” y así entre evangelio y producción de café (el boom de la época) la fe de la gente se vio reflejada en sus cantos y la “gran iglesia – misión” construida en lo alto del monte entre la villa portuguesa y las aldeas esparcidas por la mata y los ríos.

Quiculungo misión capuchina con sus instalaciones, dispuesta para ayudar y mostrar el rostro de Jesucristo, bajo la mirada del hermano sol y la hermana luna, los hijos de francisco fueron dejando sus pies en aquellos caminos y aldeas y como si fuera poco unos de ellos dejo su vida en un ataque en tiempos de guerra.

Quiculungo de tiempos difíciles, misioneros que arriesgan, que sufren y que pasan necesidades. Pasan los años y el personal de hábito café comienza a ver que es mejor entregar esa gran misión para partir a apoyar otra de las muchas misiones que tienen en la región… Se esperan nuevos misioneros para Quiculungo.

Hablo de la misión de Quiculungo, locura para algunos y esperanza para otros. Hablo de la misión asumida en los años 90 en medio de la guerra, sin conocerla, sin saber en que parte del mapa estaba, solo aceptando… y con temor y temblor, imagino, que se puso la mano en el arado, llegando así dos entusiastas frailes misioneros de la Orden de la Virgen de la Merced. Quiculungo del desconocido redentor de cautivos: “chama-se Nolasco” y sus hijos la vida están dispuestos a dar.

Hablo, o más bien trato de hablar o de mostrar esta misión, que en tiempos aislada y abandonada recibió las heridas de la guerra. Completamente saqueada, vidrios partidos puertas robadas, en la iglesia los santos guardan hoy el secreto de haber sido los mudos testigos de días difíciles.


Trato de hablar y pienso en esta misión, que es más que estructuras, es historia es sufrimiento y alegría, es esfuerzo y sacrificio… esta misión son personas y “personajes”, de esto iremos hablando, reconstruyendo, haciendo el perfil de esta misión, “desde Angola”.

Continuara…

miércoles, septiembre 05, 2007

un año para conocer

“No se debe aproximar de África Negra aquel que no desea conocerla. ¿Cómo podrá amarla si desconoce su rostro? ¿Cómo podrá ayudarla a libertarse se desconoce su alma?”

Con estas palabras termina la introducción del manual de Cultura Bantu que he estado leyendo. Y por que no decirlo, también palabras que he estado pensando – meditando.

“Eu sou o Padre Novo… e estou aqui para aprender…” - han sido mis primeras palabras cada vez que llegaba a una nueva comunidad.

Este mes voy a cumplir un año de que llegue a África y el tiempo ha pasado no se como… muy rápido.

Comparto contigo, que en este primer paso como aprendiz de misionero no he hecho mucho y ha sido a propósito. Desde el primer día que pisé estas tierras hasta hoy no he dejado de decir que por lo menos el primer año no sería para mi otra cosa que aprender, partiendo por el idioma, adaptarme a tantas cosas: clima, comidas, costumbres, etc… conocer la cultura, y… la verdad es que creo que un año no ha sido suficiente, tal vez eso lleve mucho mas tiempo, algo así como toda la vida.

Un amigo en Chile que estuvo muchos años por aquí me dijo antes de venirme: “tendrás que nacer de nuevo”… y ciertamente que ha sido un nacimiento, un parto largo con las características que tiene este tipo de cosas en la vida dolor y alegría… La “paradoja” que acompaña, que abre el corazón. Siempre he pensado que toda vocación es un misterio, por eso que digo que estar aquí para mi es un “misterio”. Hace unos días se fue un hermano y amigo, me toco llevarlo al aeropuerto, al parecer su partida es sin vuelta. Te agradezco hermano por lo que me enseñaste de esta tierra y de su gente… así es, no hay mucho que explicar, el tiempo nos habla y nos dirá, dejándonos experiencia que saben a dulce y también a agraz.

Aprender, conocer, ayudar, vivir, compartir, son tantos los verbos que se me vienen a la mente para intentar expresar lo que en estos días he experimentado.

Un año, no es nada. Gracias por las oraciones, creo que si de algo vale contar un poco estas experiencias es para sentir ese apoyo espiritual que manifiestan en los mensajes.

Un año para aproximarse, para conocer, para nacer.

Gracias Señor Jesús. Ngana Jesu