Debido a alguna enfermedad quedó completamente ciego a los 18 años lo cual no limitó su deseo de servir a Dios. Joao Zito Malogila más conocido como Frei Zito nació en el área de la misión, su gente de la aldea de Kinzuanga bien lo conoce y lo respeta por su trabajo y dedicación. El fue quien cuidó la misión en los peores momentos de guerra y visitaba a pie cada una de las catequesis y aldeas.
Hoy quisiera dedicar este post a un laico consagrado franciscano que ayer celebró sus 25 años sirviendo a Dios y al pueblo de Quiculungo , si bien quisiera hacer una extensa y detallada biografía los datos que tengo son escasos y solo consigo armar esta historia con la experiencia que he tenido de conocer a Frei Zito.
Ciertamente fue dirigido espiritual de uno de los viejos capuchinos que le enseño y catequizo a fuego tanto que en su corazón se ha mantenido a pesar de las muchas dificultades su ser consagrado en la familia de Francisco. Admirable es la palabra para decir lo que este hombre ha hecho sin visión en los ojos ha sabido mostrar a Dios a su pueblo. Me admira también cómo conoce perfectamente a todos y cada uno de los misioneros que han pasado por Quiculungo, de los capuchinos y de los mercedarios, claro acompañaba a muchos de ellos en las visitas pastorales.
Esta foto se la tome para hacerle las invitaciones para su fiesta, un pequeño aporte de nuestra parte, se bien que los capuchinos de la vecina misión de Samba Caju y la gente de la comuna de Banga le organizaron la misa y fiesta a la cual asistieron dos obispos el titular y el emérito, el provincial de los capuchinos y muchos otros ilustres invitados. Frei Zito que con su simpleza y humildad quiso dar gracias al Señor a lo grande, junto a su gente, a su pueblo, no sin razón cuando hablamos de la frase o cita bíblica para poner en la invitación no dudo en decirme: - “Padre quiero que en la invitación aparezca el salmo 12 aquel que dice: CANTARE AL SEÑOR POR EL BIEN QUE ME HA HECHO”